viernes, 12 de marzo de 2010

Los golpistas
Honduras, 12.03.10 - Carlos López Contreras:
diarioSPAMFILTER@elheraldo.hn

Durante la instalación del procedimiento Guaymuras el 7 de octubre, como anfitrión expresé a los visitantes, entre otros conceptos, "que antes que continuar un debate sobre si este Gobierno es una sucesión constitucional o no", habría que apoyar la elecciones y pedirle al mundo que también lo haga; que las Naciones Unidas y la OEA "tienen la obligación de impedir que Honduras… pudiera ser objeto de agresión abierta o encubierta por gobiernos extranjeros" y que igual obligación tiene Estados Unidos de América conforme a los acuerdos bilaterales y anexos.
Ese mismo día cesó la participación de la Cancillería, es decir, cesó de participar en el diálogo Guaymuras por tratarse de un problema doméstico o interno en el cual las partes en contienda designaron a sus respectivas comisiones negociadoras quienes, una vez instaladas, tuvieron por facilitadores, primero a funcionarios de la OEA y, al final del Departamento de Estado de los Estados Unidos. El 30 de octubre se suscribió el Acuerdo Tegucigalpa/San José.
Conforme a su número 5, las partes en el Acuerdo, los Gobiernos extranjeros y la misma OEA, todos reconocieron que correspondía al Congreso Nacional determinar si era procedente o no la impugnación que hacía el señor Zelaya de su destitución de junio. El 2 de diciembre de 2009, el Congreso Nacional, en una votación pública transmitida por televisión y radio, por 111 votos contra 14 dictaminó que no era procedente la impugnación. Pocos días antes de que se emitiera este dictamen, Zelaya declaró "muerto" el Acuerdo de Tegucigalpa y, por medio de carta dirigida al Presidente de los Estados Unidos de América el 14 de noviembre expresó que a partir de esa fecha no aceptaba cualquiera que fuera el caso, ningún acuerdo de retorno a la Presidencia, vale decir, que ese día concluyó la controversia relativa a su pretensión de volver a la presidencia.
A este propósito, conviene recordar que el atentado de Zelaya contra la Constitución, vale decir, el autogolpe que él promovió antes del 28 de junio, no fue un acto aislado. Tuvo apoyo externo. El decreto de amnistía emitido por el nuevo Congreso Nacional el 25 de enero de 2010, sin duda alguna, hace el retrato hablado de los imputados por delitos de traición a la patria", "contra la forma de gobierno", "de terrorismo", etc.
Pero para evitar que esta situación se repita, es necesario identificar a los cómplices golpistas externos, porque desafiaron la legitimidad de las instituciones hondureñas y de sus actos; porque quisieron hacer que las autoridades hondureñas violaran su propia Constitución; porque dijeron "que no habían condiciones para que en Honduras se celebraran elecciones", y que no reconocerían el resultado electoral si Manuel Zelaya no era instituido nuevamente como presidente de Honduras.
Haríamos bien en recordar que en el derecho de obligaciones recíprocas, cuando una parte declara muerta la obligación principal, la otra parte tampoco está obligada a cumplir; y que si se extingue la obligación principal, de derecho queda extinguida la obligación accesoria. El Acuerdo de Tegucigalpa era un acuerdo entre dos partes con obligaciones recíprocas, donde la Comisión de la Verdad era una obligación accesoria. En tal sentido, cuando Zelaya extinguió la obligación principal, también extinguió la accesoria que tenía que ver con la Comisión de la Verdad.
Pero como la Comisión de la Verdad, aparentemente, va establecerse, una posible justificación de su existencia y funcionamiento sería que identifique a los extranjeros que actuaron como golpistas externos, cómplices del intento de descuartizar la Constitución y el orden social en Honduras, que quisieron constituirse en soberanos por encima del pueblo; porque no debe quedar en las sombras de la historia la responsabilidad de quienes cometieron agresión durante siete meses consecutivos contra el pueblo hondureño.
Evidentemente, durante esta intensa crisis que venía impuesta desde fuera, todo el pueblo hondureño resultó ultrajado; pero, además, personas de Gobierno y ciudadanos particulares, hombres y mujeres, que ejercen liderazgo de la verdadera resistencia ante la opresión extranjera, fueron víctimas de diversas presiones, además del aislamiento, con el fin de doblegar su resistencia, de suprimir su libertad de conciencia, que es un derecho consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Honduras ejerció su derecho soberano de definir su futuro por medio de elecciones libres, pacíficas, modelo de democracia, donde triunfó el candidato de la oposición y esa victoria fue reconocida por los candidatos contendientes. ¿Hacían falta los observadores de la OEA? Por supuesto que no. El resultado electoral fue que el 98.5% votó por las opciones democráticas (partidos Nacional, Liberal, Pinu, DC) y el 1.5% votó por la antidemocracia y contra la constitución (UD), sin perjuicio de que hoy sus dirigentes formen parte del nuevo Gobierno que preside Porfirio "Pepe" Lobo.
Los gobiernos democráticos del mundo inmediatamente aceptaron el mandato soberano del pueblo hondureño; no obstante, algunos regímenes dictatoriales que oprimen a sus propios pueblos han dicho que no aceptan el resultado electoral. Eso resulta irrelevante, porque cada Estado decide soberanamente con quien establece relaciones diplomáticas, lo cual no afecta la soberanía popular de un pueblo que elige libremente a sus autoridades.
Con todo lo ocurrido durante los últimos ocho meses, algunas figuras públicas internacionales sufren la furia de haber conspirado, sin éxito, contra la democracia hondureña, o la vergüenza de haberse equivocado en sus apreciaciones y correlativas actuaciones.

sábado, 6 de febrero de 2010

¿El fin del “país posible”?
5 Febrero, 2010
Por: Juan Ramón Martínez
Fue un sueño que, como todos, no duró mucho. Pero si fue, reconfortante, aleccionador y, porqué no decirle, la prueba que si soñamos, podemos hacerlo posible. Nunca antes habíamos hecho lo que hicimos. Mientras la llamada comunidad internacional, que cree que tiene derecho a dirigir la vida de los pueblos del continente, se escandalizaba porque por primera vez –esto sí es cierto, Maduro–, decíamos que no al embajador estadounidense que, escandalizado nos veía con estupor y fingidas sonrisas de latino improvisado. Al Secretario General de la OEA, a Chávez, a la Cristina Fernández, al Obispo, “padre de la patria”, presidente del Paraguay y a los obligados hermanos presidentes de Centroamérica. Los hondureños, con valentía discutíamos a gritos cuál era el país que queríamos. Sin diálogo previo, la calle se convirtió en foro de discusión. Los izquierdistas, posesionados en ella y respaldados por el gobierno de Zelaya que sonaba trompetas triunfales, obligaron a los derechistas para que discutiéramos si inventábamos un nuevo caudillo, hacíamos de Chávez un padre para Morazán. O defendíamos la democracia, cumplíamos con la ley; y, con orgullo, nos negábamos a ser discípulos de Fidel Castro y sirvientes de los estadounidenses, que no saben dónde queda la frontera entre la amistad y el honor.
Las paredes fueron el espacio en donde la izquierda amenazó a los que no estaban de acuerdo con ellos. Dijo, que sabrían lo duro que “sería vivir cuando gobernara el pueblo”. Invitaron al racismo y al asesinato, al sugerir que había que “matar un turco para hacer patria”, a rechazar a los homosexuales; y a renunciar al sueño de la independencia nacional. Pero la derecha salió a las calles, sin miedo, a defender a un sistema que aunque con imperfecciones, es el menos malo de los que tenemos opción. A rechazar el socialismo del siglo XXI no por su afán de justicia; voluntad de cambio, ni por su cariño por la participación, sino que por la gritada ineficiencia en producir bienestar, imaginar el futuro y estimular el sueño para que el músculo se tense; y la fuerza, haga posible a Honduras. Nos opusimos al socialismo del siglo XXI, porque se petrificó en el pasado, creyendo que lo mejor ocurrió en el tiempo de Bolívar; y que, en el tiempo nuestro, no podíamos hacer nada nuevo y mejor. Puro pasado paralizante.
La discusión, acalorada, irrespetuosa, e incluso violenta y amenazante, por momentos con falsos ejemplos y discursos torcidos fue, sin embargo, un “diálogo” en que, tirándonos los trastos en la cabeza, pusimos las cartas sobre la mesa, demostrativas de la voluntad de cada uno de los grupos enfrentados, por hacer de esto que es una caricatura de nación, un país posible. Y cuando llegó Insulza, prepotente y arrogante, a ordenarnos qué era lo que teníamos que hacer para que nos perdonaran por el irrespeto de discutir en forma brusca el destino del país; y Micheletti le faltó al respeto, gritándole como camionero, cosas que escandalizaron a Flores e hicieron temblar a Callejas, nos corrió por la espalda un sentimiento de orgullo. Por primera vez un hondureño, gobernante en ejercicio, les decía en su cara a los fingidos diplomáticos, embajadores del atraso y pontífices de la sumisión y la renuncia a la creatividad y al sueño, que aquí respetábamos la ley, que defendíamos nuestro honor y el derecho de equivocarnos incluso. Los asustados embajadores de los países que no querían que nosotros lo fuéramos ni siquiera por unas pocas horas, nos dieron la oportunidad de sentirnos una sociedad que podía, bajo la amenaza, los gritos y los chantajes, construir su futuro, bajo sus propias consideraciones y ejercicios mentales.
Contrario a lo que había ocurrido en otras oportunidades, nos sentimos grandes, fuertes y retadores por casi 7 meses. Nadie echó pie atrás, y se rindió. Ni los que querían que nos entregáramos a Chávez; ni los que recomendaban que bajáramos la voz; y que les dijéramos al Potomac que estábamos de acuerdo en seguir siendo sus “sirvientes”, lograron cambiar el rumbo. Resistimos de pie. Con inédita dignidad.
Los sueños no duran mucho. Lobo nos ha despertado bruscamente. Ha dicho que no podemos tener identidad; ni dignidad; y que, para sobrevivir, hay que hacer lo que nos ordenan: aplaudir a Llorens y celebrar a Leonel Fernández. Y que, debemos de dejar de soñar, porque todo está dado. Y que, siempre seremos un país dominado, al servicio de los que financian al gobierno ineficiente. Ha interrumpido el sueño de un país posible. Y no quiere incluso, que nos volvamos a dormir. Por ello, como Zelaya, Lobo nos mantiene ocupados, anunciando la pronta llegada de Santa Claus.

sábado, 30 de enero de 2010


Lobo inicia la reconciliación en Honduras
El nuevo presidente de Honduras, Porfirio Lobo, inició una nueva etapa de reconciliación en Honduras nombrando a los miembros de su gabinete que trabajarán por consolidar un Gobierno de unidad nacional que permita poner fin a siete meses de crisis política. Mientras que el mandatario derrocado Manuel Zelaya admitió que, aunque su salida representa un "alivio" para el país, tiene previsto volver.
28 enero 2010
El nuevo presidente de Honduras, Porfirio Lobo, inició una nueva etapa de reconciliación en Honduras nombrando a los miembros de su gabinete que trabajarán por consolidar un Gobierno de unidad nacional que permita poner fin a siete meses de crisis política. Mientras que el mandatario derrocado Manuel Zelaya admitió que, aunque su salida representa un "alivio" para el país, tiene previsto volver."Deseamos que la reconciliación nacional se extienda a una reconciliación con la comunidad internacional", dijo Lobo minutos después de recibir la banda presidencial del titular del Congreso y su correligionario en el Partido Nacional, Juan Orlando Hernández.La intención de Lobo, quien gobernará hasta 2014, es recuperar el orden constitucional que se perdió con el golpe de Estado del pasado 28 de junio que instauró un Gobierno ´de facto´ encabezado por Roberto Micheletti, el cual fue duramente rechazado por la comunidad internacional.Su primera promesa fue llevar adelante el Acuerdo San José-Tegucigalpa, firmado por Zelaya y Micheletti, que propone la reconciliación y el fortalecimiento de la democracia en Honduras y que ha sido considerado un "fracaso" por algunos sectores políticos locales.En este contexto, el nuevo mandatario ha dicho que instalará "cuanto antes la Comisión de la Verdad, porque es justo que el pueblo y el mundo sepan la realidad de los eventos previos, durante y posteriores al 28 de junio".La amnistía para los delitos políticos de Zelaya y los involucrados en el golpe de Estado, aprobada el martes por el Congreso, ha sido su gran bandera en las primeras horas de Gobierno. "No se puede avanzar hacia el futuro sin curar primero las heridas del pasado", expresó.Pero el reconocimiento internacional sigue en juego. A la toma de posesión celebrada en el Estado Nacional de Tegucigalpa sólo asistieron los presidentes de Panamá, Ricardo Martinelli; República Dominicana, Leonel Fernández, y Taiwán, Ma Ying-jeou, y las delegaciones de unos pocos países."La familia hondureña empieza a reconciliarse hoy, el país marcha por la ruta del entendimiento en busca de la unidad nacional", dijo Lobo en un intento de convencer que, a partir de entonces, Honduras pasa la página y comienza una nueva etapa. EEUU COLABORARÁ El secretario adjunto de Estados Unidos para América Latina, Arturo Valenzuela, anunció este jueves que el Gobierno de Barack Obama seguirá trabajando para que la comunidad internacional reconozca en pleno al nuevo Gobierno hondureño."Estamos muy satisfechos con el hecho de que aquí en adelante podemos ir trabajando con otros países para que Honduras pueda volver al seno de la Organización de Estados Americanos (OEA)", dijo Valenzuela.Honduras fue expulsada de la OEA en julio, después de que todos sus miembros rechazaran de forma contundente el golpe de Estado contra Zelaya. Otros organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo suspendieron además los créditos y programas con esa nación centroamericana. Para Valenzuela, la salida de Zelaya y la llegada al poder de Lobo demuestran que "Honduras vuelve hacia adelante después de un proceso democrático, con el apoyo de la comunidad internacional", aunque aclaró que Estados Unidos reactivará los programas de ayuda "según vaya evolucionando la situación".GABINETE POR LA UNIDAD Horas después de asumir el mando, Lobo asistió a la ceremonia en la que prestó juramento parte de su gabinete al cual encomendó trabajar por un Gobierno de unidad nacional. Algunos de sus miembros forman parte de la oposición, cumpliendo así su promesa de trabajar con todos los sectores políticos, aunque esto ha sido visto por algunos analistas como la "repartición del pastel". Como ministro de Gobernación y Justicia fue designado Áfrico Madrid, quien encabezó el acto en el que prestaron juramento sus compañeros de gabinete. La ministra de la Presidencia será María Antonieta de Bográn, mientras que el cargo de jefe de Gabinete recayó sobre Marlon Tábora.Felícito Ávila Ordóñez llevará las riendas del ministerio de Trabajo, mientras que el despacho de Salud será dirigido por Arturo Bendaña. El nuevo titular de Finanzas es William Chong Wong y María Elena Mondragón será la presidenta del Banco Central de Honduras.En Educación ha sido designado Alejandro Ventura. El despacho de Industria y Comercio estará liderado por Óscar Escalante. Los Ministerios de Cultura, Artes y Deportes y de Comunicaciones quedarán en manos de Bernard Martínez y Miguel Ángel Bonilla, respectivamente.Lobo ha dejado pendientes el nombramiento del titular los titulares de los Ministerios de Defensa, Planificación, Agricultura y Ganadería, Recursos Naturales y del Fondo Hondureño de Inversión Social. ZELAYA EN SANTO DOMINGO "Volveré", fue lo último que dijo Zelaya a la prensa y a sus seguidores justo antes de subir al avión que lo llevó este martes a Santo Domingo en compañía de su esposa, Xiomara Castro, su hija Hortensia, su asesor Rasel Tomé y el presidente Leonel Fernández.Zelaya fue recibido en República Dominicana con honores de Estado, tras haber sido despedido en el aeropuerto de Tegucigalpa por el propio Lobo y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Romeo Vásquez Velásquez, uno de los supuestos implicados en el golpe de Estado."Honduras empieza a sentir un alivio", reconoció el mandatario depuesto al llegar a la isla caribeña, al tiempo que aplaudió la decisión del Congreso de aprobar la amnistía política para él y los involucrados en el golpe porque es "algo va a servir en este proceso de la reconciliación nacional".La amnistía aprobada por el Congreso absuelve a Zelaya de delitos políticos, como la supuesta violación de la Constitución al tratar de convocar una consulta y buscar la reelección, pero no de otros cargos, como corrupción, malversación de fondos públicos y enriquecimiento ilícito.El fiscal general de Honduras, Luis Alberto Rubí, ha dejado claro que el salvoconducto para salir del país "no implica que el señor Zelaya quede liberado de las responsabilidades penales" porque seguirán pendientes los requerimientos planteados por la justicia, por lo que podría ser arrestado en caso de que regrese a esa nación centroamericana. En una rueda de prensa conjunta con Fernández en Santo Domingo, Zelaya consideró que la Carta Democrática de la OEA "necesita un nuevo capítulo" que impliquen modificaciones, porque "no es posible que diga que los Estados miembros la firman y la constituyen para defender la democracia y que cuando haya un atentado en contra del orden democrático un presidente electo popularmente no pueda restaurarse".Fernández respaldó la propuesta del ahora ex presidente hondureño al asegurar que "no cabe duda de que hay una debilidad en el orden internacional, que es la falta de poder coercitivo de la norma internacional".Zelaya vivirá con su familia en la zona exclusiva de Casa de Campo, considerado el más completo resort del Caribe, ubicada en la provincia La Romana, a 100 kilómetros de Santo Domingo. Se desconoce quién correrá con los gastos de sus estancia en ese país.Los planes son estar en República Dominicana unas dos semanas y después radicarse de forma definitiva en México, aceptando una invitación que le hizo hace unos meses el presidente Felipe Calderón, según ha informado el propio mandatario depuesto.Una vez en México, Zelaya se trasladará con frecuencia a Ciudad de Guatemala, sede del Parlamento Centroamericano, para asistir a las reuniones en calidad de diputado, ya que todos los ex presidentes centroamericanos se convierten automáticamente en parlamentarios de este órgano legislativo cuando finaliza su mandato.

lunes, 25 de enero de 2010

"Honduras es el final de la cruzada de Hugo Chávez"
"Bolivia y Nicaragua seguirán siendo sus únicos aliados seguros", afirma Jackson Diehl, autor del artículo,
Estados Unidos.
"El socialismo del siglo XXI de Hugo Chávez ha sido derrotado y va rumbo al colapso", sostiene Jackson Diehl en un artículo publicado el lunes en The Washington Post.
Mientras el mundo se concentraba en la crisis en Haití, América Latina, silenciosamente, "vivió un punto de inflexión en el conflicto ideológico que polarizó la región y que paralizó la diplomacia estadounidense durante la última década", agrega la nota.
El diario estadounidense señala que durante las últimas dos semanas, justo antes y después del terremoto en Haití, Chávez se vio forzado a devaluar la moneda venezolana, establecer y luego suspender cortes de electricidad masivos en la capital de Venezuela, "mientras el país era golpeado por la recesión, una inflación de dos dígitos y el posible colapso del sistema eléctrico nacional".
En el ámbito internacional, en Honduras, "una crisis de siete meses desencadenada por el intento de un protegido de Chávez (Manuel Zelaya) de romper el orden constitucional terminó silenciosamente", con un acuerdo que le enviará al exilio, mientras un político moderado elegido democráticamente asumirá la presidencia.
Por último, pero no menos importante, en las elecciones presidenciales de Chile, la economía más exitosa de la región, se produjo la primera victoria de un candidato de la derecha desde que el dictador Augusto Pinochet fuera depuesto hace dos décadas.
El presidente electo, Sebastián Piñera, un empresario y defensor del libre mercado, ya ha hecho algo que ningún dirigente chileno ni la mayoría de los países latinoamericanos ha estado dispuesto a hacer en los últimos años: confrontar a Chávez.
Venezuela "no es una democracia", dijo Piñera durante su campaña. "Dos grandes modelos se han formado en América Latina: uno está encabezado por gente como Hugo Chávez en Venezuela, (Fidel) Castro en Cuba y (Daniel) Ortega en Nicaragua... Definitivamente, creo que el segundo modelo es mejor para Chile.
Y ese es el modelo que vamos a seguir: la democracia, el estado de derecho, la libertad de expresión, la alternabilidad del poder sin el caudillismo", señaló en su momento Piñera, según The Washington Post.
Piñera sólo estaba diciendo lo obvio, pero dijo más de lo que su predecesora socialista, Michelle Bachelet, o el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha estado dispuesto a decir abiertamente. Ese silencio maniató los gobiernos de George W. Bush y Barack Obama, quienes sentían, con razón o sin ella, que no debían ser los únicos en señalar el ataque de Chávez contra la democracia. "Piñera ya ha facilitado a Washington una oportunidad para denunciar las violaciones de derechos humanos en Venezuela", agrega el artículo.
Las declaraciones de Piñera se producen en un momento en que "Chávez ya se está recuperando de golpes diplomáticos, siendo Honduras uno de ellos". Si bien Honduras es un país pequeño, la lucha de poder entre la élite política establecida y el acólito de Chávez, Manuel Zelaya, se convirtió en una batalla regional entre partidarios y opositores de la izquierda chavista, con Brasil y otras democracias de izquierda en el medio.
"El resultado es una victoria para Estados Unidos, que fue prácticamente el único país que apoyó la elección democrática que puso fin al impase. Honduras es el final de la cruzada de Chávez para exportar su revolución a otros países. Bolivia y Nicaragua seguirán siendo sus únicos aliados seguros", afirma Diehl.
Lula, cuya tolerancia hacia Chávez ha empañado su intento por convertirse en un estadista de peso mundial, dejará su cargo a finales de este año y el candidato de su partido es superado en las encuestas por un aspirante presidencial más conservador.
La tragedia de Haití no hace más que profundizar el hoyo de Chávez. Frente a los ojos del mundo, Estados Unidos está dirigiendo una operación humanitaria masiva y los haitianos literalmente aclaman la llegada de los infantes de marina estadounidenses. "Chávez no tiene manera de conciliar estas imágenes con el mensaje central de su propaganda a los latinoamericanos, según el cual EEUU es un 'imperio' y una fuerza maligna en la región".
Además, Chávez enfrenta una crisis internamente. A pesar de la recuperación de los precios del petróleo, la economía venezolana atraviesa una profunda recesión y sigue hundiéndose aun cuando el resto de América Latina se recupera. Los economistas estiman que la inflación podría elevarse a 60% en los próximos meses. Mientras tanto, debido a una sequía, Venezuela enfrenta la amenaza de cierre de la central hidroeléctrica que abastece el 70% de la electricidad en el país.
Por otro lado, los venezolanos se enfrentan a la epidemia de la delincuencia: los homicidios se ha triplicado desde que Chávez asumió el poder, lo cual ha convertido Caracas una de las ciudades más peligrosas del mundo.
"Chávez despotrica sobre la 'ocupación' de Haití por parte de EEUU, su televisora estatal incluso afirmó que la Marina estadounidense causó el terremoto con una nueva arma secreta".
Adicionalmente, el 24 de enero, el gobierno venezolano ordenó a las empresas operadores de televisión por cable sacar del aire un canal opositor.
Sin embargo, "los índices de aprobación de Chávez siguen desplomándose: Han descendido a menos de 50% en Venezuela y 34% en el resto de la región. El caudillo ha sobrevivido a muchas malas noticias antes y bien pudiera superar esto. Pero el punto de inflexión en la batalla entre el populismo autoritario y la democracia liberal en América Latina ha pasado y Chávez perdió.

miércoles, 20 de enero de 2010


Acuerdo para la Reconciliación Nacional y el Fortalecimiento de la Democracia en Honduras



20 de Enero del 2010
Quien suscribe, don Porfirio Lobo Sosa, Presidente electo de la República de Honduras, consciente de la responsabilidad que la historia ha puesto sobre mis hombros; convencido de la necesidad de devolver a mi país, Honduras, la tranquilidad nacional, interrumpida por aciagos sucesos recientes; deseoso de alcanzar la reconciliación de nuestro pueblo y la plena vigencia del Estado de Derecho, dando continuidad al Acuerdo de San José, Tegucigalpa, llevado a cabo bajo los auspicios del Presidente Oscar Arias, de Costa Rica, en diálogo franco y amigable con el Dr. Leonel Fernández, Presidente de la República Dominicana, y a través de su mediación, ante la comunidad internacional, hago el solemne y formal compromiso de:
1. SOBRE EL GOBIERNO DE UNIDAD Y RECONCILIACION NACIONAL
Para lograr la reconciliación y fortalecer la democracia, conformaremos un Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional, integrado por representantes de los diversos partidos políticos, reconocidos por su capacidad, honorabilidad, idoneidad y voluntad para dialogar, quienes ocuparán las distintas Secretarías y Subsecretarías de Estado, de conformidad con el artículo 246 y siguientes de la Constitución de la República de Honduras.
En armonía con lo anterior, procederé, tan pronto asuma las funciones de Presidente Constitucional de la República de Honduras, a dictar un auto de salvo conducto en favor del Presidente José Manuel Zelaya y de sus familiares, a los fines de que puedan ejercer a plenitud el derecho ciudadano que les corresponde al disfrute de la libertad de tránsito, tal como se encuentra consagrado en la Constitución de la República.
De igual manera, me comprometo a encabezar un gobierno respetuoso de los Derechos Humanos, donde habrá un pleno disfrute de las Libertades Públicas y, por consiguiente, ningún ciudadano hondureño se verá perseguido por sus convicciones políticas, creencias religiosas y de otro tipo.
Se establece el acuerdo de que el Presidente José Manuel Zelaya, sus familiares y los integrantes de su círculo íntimo podrán salir hacia la República Dominicana el próximo 27 de enero de 2010, en calidad de huéspedes de esa hermana nación.
2. SOBRE LA NORMALIZACION DE LAS RELACIONES DE LA REPUBLICA DE HONDURAS CON LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
Al comprometernos a cumplir fielmente los compromisos asumidos en el presente Acuerdo, solicitamos respetuosamente la inmediata revocatoria de aquellas medidas o sanciones adoptadas a nivel bilateral o multilateral, que de alguna manera afectan la reinserción y participación plena de la República de Honduras en la comunidad internacional, y su acceso a todas las formas de cooperación.
Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que reactive lo antes posible los proyectos vigentes de cooperación con la República de Honduras, y continúe con la negociación de los futuros. En particular, instamos a que, a solicitud de las autoridades competentes, se haga efectiva la cooperación internacional que resulte necesaria y oportuna para que la Comisión de Verificación y la Comisión de la Verdad aseguren el fiel cumplimiento y seguimiento de los compromisos adquiridos en este Acuerdo.
3. ENTRADA EN VIGENCIA
Los compromisos asumidos en la presente Acta adquieren formal y total vigencia desde el mismo momento de su suscripción.
Por la reconciliación, unidad y la paz de Honduras nos comprometemos a ejecutar de buena fe la presente Acta de Reconciliación.
Suscrita en Santo Domingo, a los 20 días del mes de enero del año 2010.

Dr. Leonel Fernández Don Porfirio Lobo
Presidente de la República Dominicana Presidente Electo de Honduras

Como Testigo de Honor de la firma de la presente Acta de Reconciliación:

Elvin Santos César Ham
Ex candidato Partido Liberal Partido Unificación Democrática

Felicito Ávila Ricardo Álvarez
Ex candidato de Partido Alcalde de Tegucigalpa y
Demócrata Cristiano Presidente del Partido Nacional

Mario Canahuati
Ex candidato Presidencial Elecciones
Primarias Partido Nacional

lunes, 18 de enero de 2010

Hondureño

Soy Hondureño

Lic. Federico Álvarez
Amo a Honduras. ¿Cómo no hacerlo si me ha dado tanto?La primera caricia de este maravilloso país la recibí hace cuarenta años: De sus entrañas Honduras me dio a una de sus mejores hijas como esposa, compañera y amiga, para toda la vida. En el modelo de la vida ejemplar de esta extraordinaria mujer he conocido a Dios, he aprendido el significado de abnegación, de madre, de valor y de rectitud. Y he recibido de ella lecciones de amor. Con ella he comprendido el valor de ser hondureño. Y a su lado y en Honduras he sido feliz. En Honduras y junto a su pueblo noble me he esforzado y he abierto surcos. He esparcido semillas. He gozado lluvias y he sufrido sequías. Y esta tierra me ha sido siempre fecunda y generosa. He cosechado en abundancia: Cinco hijos maravillosos, yernos y nueras, - nuevos hijos -, excepcionales y cada vez más nietos. Satisfacciones y esperanzas. Anhelos y sueños. Me han dolido sus carencias materiales, pero me he enriquecido de la sobreabundancia del espíritu, del carácter y de la fortaleza de su gente. He ocupado posiciones y he recibido honores que no he merecido. Pero sobre todo, este pródigo suelo me ha dado amigos y afecto.He procurado hacer siempre de Honduras ara de mis trabajos y nunca pedestal de ambiciones. Pero por mucho que me pueda esforzar por contribuir al desarrollo de esta tierra, Honduras siempre me ha dejado en deuda. No hay manera de corresponderle adecuadamente a este país. No hay forma de equiparar su calor y su esplendidez.Honduras, al igual que mi esposa, tiene la extraña virtud de sorprenderme siempre. El sobresalto de un nuevo paisaje, cada vez más bello y complejo. La fascinación de un desconocido sabor de su rica cocina. Una hierba y un cuento. Una anécdota pasmosa y un giro inesperado de su vida. Una solución de lo imposible. Un nuevo rumbo en su quehacer. El gesto asombroso de una persona. Y la sonrisa generosa en un rostro trigueño. Un gol y un nuevo sol. Un baile garífuna y una muñeca de tusa. El resplandor maya y el encanto de una calle colonial. Honduras nunca cansa. Nunca llega a conocerse a plenitud y siempre me causa admiración.Como admiración causó Honduras al mundo por su lucha en favor de los más sagrados principios de libertad, de democracia, de Ley. El mundo desconcertado vio a un pueblo valiente defender sus creencias y sus principios, contra opresiones, amenazas y sanciones. Y con recia humildad le hizo frente a los inicuos poderosos y a los alzados soberbios, a los tiranos y a los dictadores y a la incomprensión de muchos amigos.Hoy que el Congreso Nacional me da el privilegio de ser un hijo más de este pueblo extraordinario, digo abrumado ¡Gracias Honduras! Y hoy, disimulando una lágrima de emoción, levanto en alto la frente y con el pecho henchido de orgullo proclamo sobrecogido…
¡Soy Hondureño!

miércoles, 13 de enero de 2010

CARTA FINAL PARA PEPE LOBO…
César Indiano
Señor Porfirio Lobo Sosa…

El 28 de junio del año que está por concluir nuestro país reinició su historia. Ese día, de forma casi unánime, la clase política haciéndose acompañar por los elementos más destacados del gremio profesional, militar, académico e intelectual… tomó la amarga determinación de destituir a un gobernante que tres años atrás había sido legitimado mediante un proceso eleccionario de corte democrático. La pregunta que el mundo se hace y se seguirá haciendo por mucho tiempo, es ¿Cuál es el grado de irresponsabilidad y atropello que debe alcanzar un mandatario para hacerse merecedor de un derrocamiento? Creo que la respuesta es bien sencilla, un gobernante se hace merecedor de una destitución en el instante mismo en que utiliza el poder para montar una tiranía personalista valiéndose de trucos. Es decir, cuando un gobernante legítimamente elegido por la voluntad soberana de un convenio democrático, renuncia a las obligaciones que por ley corresponden y a la vez deshonra los compromisos contraídos en el pacto social, entonces, se crean las condiciones para una rebelión.
Dicha rebelión es un derecho casi natural de las sociedades pero, al ser instintivas y en muchos casos espontaneas, las rebeliones casi siempre traspasan los límites y los alcances de la legalidad. “El derrocamiento”, “el golpe de estado” y la “destitución forzada” de un gobernante, no son figuras simpáticas a la luz de las leyes y las convenciones democráticas. Pero la principal desventaja de toda ley – especialmente aquella que se funda en el derecho constitucional – es que no puede regir con certeza el instinto de libertad y el espíritu de insurrección que subyace en el corazón de los pueblos. El pueblo – entendido no como simple masa, sino como auditoría y vigilancia – no responde ante las tiranías con elaborados y artificiosos argumentos legales porque ningún pueblo es docto por elección, pero todo pueblo es sabio por naturaleza. Quiero decir señor Lobo, que el pueblo es capaz de ganar todas aquellas batallas que fatigan y cansan a los políticos y a los juristas. Porque el pueblo, al vivir en carne viva las realidades del entorno, no pone la ley por encima de la justicia ni antepone la legalidad por encima de la inteligencia. El pueblo siempre tiene la posibilidad de mantenerse lúcido aun cuando sus representantes – en el plano político o jurídico – se muestren ofuscados, desorientados o perdidos.
¿A dónde quiero llegar? Bien, el 27 de enero del 2010 vamos a poner en sus manos un país que estuvo a punto de desaparecer. Un país que estuvo a un paso de ser secuestrado por un individuo que deshonró desvergonzadamente los acuerdos más elementales de la convivencia nacional y que planeó, en nuestras propias narices, un plan macabro para remolcar nuestra indefensa nación a un sistema de tiranías internacional que cada día infesta los vulnerables climas democráticos de América Latina. Dicha maniobra, que seguramente usted conoce de primera mano, consistía en hacernos creer que “todo era normal” que “era una simple consulta ciudadana” que “no había mala intención” y que “todo era por nuestro bien”… y lo más inaudito es que el orquestador de toda la maniobra – aprendiz de tirano y manipulador insaciable – tuvo arrojo y facultad para establecer una plataforma jurídica y un andamiaje propagandístico tan formidable que la sociedad entera estuvo a punto de ser hipnotizada.
Ahora bien señor Lobo ¿quién fue el primero en parar las orejas y quien fue la primera en abrir los ojos cuando los transgresores de la ley, disfrazados de reformadores socialistas, cabildeaban en la sombra para comprar y chantajear autoridades que a sus vez les permitieran legitimar sus abusos? Quiero recordárselo, fue una honorable mujer llamada Armida Villela de López Contreras y un político que ya estaba de retirada, llamado Roberto Micheletti Bain. La primera manifestación pública que confrontó sin ambages a todos los bandidos que se colocaron caretas socialistas para tramar el desplome constitucional de nuestro país, tuvo lugar en una acera de la circunvalación sampedrana y estaba integrada por un grupito de cándidos protestantes liderados por la señora Armida Villela de López Contreras… denunciaban el irrespetuoso tinte socialista que el gobierno de turno le estaba dando a la célebre reunión de la OEA, misma que tuvo, casi como único punto, la reinserción de Cuba como miembro integral de la organización.
Por su parte, el señor Micheletti, trataba de blindar la mayoría del congreso con el fin de que el quórum y las bancadas no cedieran a las tentaciones y provocaciones de un poder ejecutivo que todos los días merodeaba el parlamento a través de un mercado negro de voluntades políticas. Sé de primera mano que por órdenes expresas del ejecutivo, la mayoría de los diputados recibieron ofertas, montos oscuros y pagos bajo la mesa para que cedieran a la filtración de decretos indecentes. ¿Cuántos cedieron? Cuesta saberlo, pero a juzgar por las zancadas que el Proyecto Socialista daba en los pasillos de Congreso, da la impresión que fueron muchos. De no ser así el decreto Petrocaribe y la matrícula del país en la secta del ALBA… no hubiera sido posible. Entonces, ¿de qué estrategias de valió el señor Micheletti Bain para repeler los ataques continuos de un poder ejecutivo que por cada día duplicaba su ofensiva y asaltaba la frágil voluntad de los parlamentarios? Todos los sabemos señor Lobo, por un lado Micheletti hizo un trabajo fino con las suplencias del parlamento y por otro, enfrentó políticamente a un gobernante que ya estaba actuando al margen de todos los arbitrios morales, legales y constitucionales.
Los primeros choques de Micheletti con el ejecutivo no levantaron fuego en el ámbito mediático internacional pero en esta primera etapa – y casi en silencio – Micheletti logró conservar la titularidad de Omar Cerna y Rosa Bautista en la Fiscalía cuando la fallida “huelga de los fiscales” y además logró salvar la cabeza de la Corte Suprema de Justicia. Recordemos que una prioridad del Proyecto Socialista – al estilo Mel – era decapitar la Corte Suprema (que era el equivalente a tomarse un cuartel).
Micheletti Bain peleó esta batalla decisiva casi a solas porque él tenía una clara conciencia de lo que se estaba tramando en el subsuelo del ejecutivo. En las tareas subsiguientes, que incluían el derrocamiento final y la salvación a última hora de nuestra frágil democracia, Micheletti cerró filas con los demás sectores de la nación – valga decir con los empresarios, los militares, los profesionales y los intelectuales de vocación democrática – pero a la vez creó una desafiante disyuntiva para que la Clase Política que hasta el día 28 de junio se había mostrado vacilante y timorata, asumiera una postura firme y coherente con respecto a los dramáticos eventos del domingo 28. El veredicto casi unánime del Poder Legislativo para aprobar la destitución del señor Zelaya, no fue señor Lobo, una casualidad del destino. Fue el resultado de un desafío frontal que el señor Roberto Micheletti le hizo a todos los congresistas… sólo entonces el parlamento estuvo consciente de que se estaba jugando el pellejo a corto plazo.
Sólo entonces los diputados abrieron los ojos y entendieron que la historia los llamaba para una batalla ineludible. Después vino lo demás: cuando el pueblo vio que por primera vez en décadas los parlamentarios creaban un frente común para defender la democracia, miles de personas nos unimos a la campaña. Por única vez en su historia, los hondureños nos pusimos de acuerdo en algo y aquella embrionaria manifestación promovida tiempo atrás por la señora Armida Villela López de Contreras en las aceras de San Pedro Sula, fue creciendo de tal modo y con tal convicción que no hubo poder externo ni amenaza interna capaz de hacernos retroceder: Jamás olvidaremos las masivas marchas pacíficas que salieron a las calles, por única vez en la historia, a disputar sus verdades en un territorio históricamente tomado por las mentiras de un populismo demagógico que hoy se ha remontado a escala continental…
Nunca pierda de vista este detalle señor Lobo, nosotros salvamos la democracia lanzándonos a las calles y enfrentándonos a las amenazas de un mundo encolerizado. Nosotros nos fuimos a las calles en masa, invitamos a nuestros abuelos y a nuestros hijos y con banderas blancas, flameantes y delirantes, le dijimos al mundo que aquí le pondríamos un alto a las frenéticas tiranías seudo socialistas que se vienen promoviendo desde América del Sur con el visto bueno de gobernantes cínicos que no dan señales de frenar en su extensiva cruzada de ira, saña y tiranía. Nosotros nos rifamos el pellejo y nos disputamos las avenidas con nuestros adversarios ideológicos, creamos redes de comunicación para compartir sentimientos e ideas, establecimos puentes humanos y nos mantuvimos en contacto permanente durante toda la faena. El arduo proceso nos obligó por primera vez a hablar, a debatir, a confrontar y a resistir. La lucha civilizada de nuestra causa hizo florecer espíritus que estaban humillados, personajes que estaban sometidos, ideas que estaban reprimidas y voluntades que se habían opacado. Tenemos varias décadas de estar hablando señor Lobo, de “capital humano” pero nadie sabía dónde se encontraba dicho capital. Hacía falta una agresión política internacional, para que las energías mentales, políticas e intelectuales de nuestra nación se desataran rebosantes sobre las llanuras estériles de la confusión y el engaño.
En el proceso por hacer prevalecer nuestro derecho constitucional y nuestra soberanía patria, todos perdimos algo. Desde cosas mundanas como una visa, un negocio redondo, una renta o un inmueble.. Hasta cosas sublimes como un amigo, un pariente o un prestigio. Pero como estábamos peleando por una causa que iba más allá del interés personal, todos llegamos al consenso de que la batalla tenía un alto precio. Lo pagamos y jamás lo vamos a lamentar, lo pagamos porque hoy sabemos que nadie tiene derecho a disfrutar las plenitudes de la democracia si no está dispuesto a dar una cuota de sacrificio por defenderla, conservarla y perfeccionarla.
Ahora bien, la lucha tenaz que nos obligó a duplicar nuestros esfuerzos y a resistir sin temor las amenazas de un mundo manipulado por politiqueros y expertos oportunistas que gobiernan las organizaciones supranacionales (OEA; ONU, EU etc.), desencadenó ciertos liderazgos de emergencia y entre todos ellos, el más valioso y a la vez el más inspirador, fue el de Roberto Micheletti Bain. Pero dicha inspiración funcionó en doble vía, Micheletti pudo pararse con firmeza frente al mundo porque sabía que detrás de él había un pueblo convencido de su tarea. Atrás de Micheletti, haciendo el trabajo de peones, nos movilizamos miles de hombres y mujeres que no bajamos la guardia y que nunca negociamos nuestras convicciones. Escribimos, viajamos, marchamos, debatimos y luchamos en nombre de algo que se llama democracia…
Esa democracia – defectuosa y disfuncional – fue la que hizo posible su elección el 29 de noviembre del 2009.
Ahora la ponemos en sus manos y le decimos ¡cuídela, hónrela, protéjala, consolídela y defiéndala!... no la subestime, no la mal interprete, no la caricaturice. Sabemos que debido a su propio programa político como candidato del Partido Nacional y que debido a las tácticas publicitarias de su propia campaña electoral, usted se abstuvo de tomar partido de manera tajante cuando el conflicto más lo demandaba. Nadie le recrimina dicha postura y nadie en su sano juicio, reprobará su conducta ante los hechos más dramáticos que nuestro país acaba de vivir. Pienso que la abstención es un derecho legítimo que la democracia respeta pero igual pienso – con todo el respeto que usted se merece – que la indecisión política y la vacilación doctrinal genera dudas y revive la desconfianza. En las circunstancias actuales y debido al intenso y amargo momento que acabamos de vivir como nación, todos tenemos los ojos puestos en usted señor Lobo. Hemos duplicado las expectativas y las esperanzas en “un país mejor” pero el concepto que hoy tenemos de “país mejor” ha cambiado radicalmente… y creemos que para bien…
En estos momentos especiales de la historia hondureña, ya nadie está dispuesto a quedar excluido del Plan de Nación que usted tiene entre manos, sectores históricamente silenciados y grupos tradicionalmente ultrajados – me refiero concretamente a los profesionales, a los intelectuales, a los emprendedores y a los políticos – han aprendido la lección en breve tiempo y están dispuestos a dar batalla toda vez que un gobierno se aferre a los desenfrenos del pasado. El legado fundamental de la batalla recién librada, misma que dejó fatigados a casi todos los que participamos activamente, es la rapidez mental. En estos momentos, rápidamente captamos cuando las personas juegan con cartas bajo la mesa. Rápidamente detectamos cuando los gobernantes están fuera de foco y rápidamente discernimos cuando alguien nos quiere dar atol con el dedo. Hasta el día hoy – 29 de diciembre del 2009 – usted no nos ha dado razones para creerle ni motivos para juzgarlo.
Cuando el 29 de noviembre nos volcamos a votar masivamente en una vorágine de amenazas y advertencias de un mundo enfurecido por nuestra implacable rebeldía, teníamos tres propósitos claros, el primero, demostrarle al mundo que esta vez no teníamos ganas de obedecerle. Dos, culminar el proceso de restitución con una elección democrática que fuera masiva, trasparente y contundente: dejándonos al frente de un nuevo gobernante elegido según nuestro criterio cívico. Tres – este era el más importante –, convencerlo a usted de que estábamos hablando en serio y de que nuestro proyecto era fundamental para garantizar nuestra continuidad como nación soberana. Los dos millones de votantes sabíamos perfectamente que en nuestro inmenso barco, viajando hacia la libertad, iba un marinero incrédulo que se negaba a remar: ese era usted señor Lobo. Usted remó con nosotros señor Lobo, pero sin convicción y con desgano. Usted viajó con nosotros señor Lobo, pero sin mojarse las talegas. Finalmente llegamos a puerto seguro y en vez de juzgarlo por sus actitudes vacilantes ¿qué hicimos? lo nombramos capitán de la embarcación para la siguiente jornada, entonces yo le pregunto ¿qué más espera que hagamos para hacernos plenos merecedores de su confianza? ¿Se siente usted preparado para guiarnos en la nueva travesía sobre un mar convulsionado?
Ahora, mientras nos acercamos al día de la Sucesión Presidencial – misma que tendrá lugar el día 27 de enero del año que recién comienza –sus actitudes pre gobernativas no nos parecen muy alentadoras. Sin embargo, aun no tenemos derecho a precipitar criterios sobre una gestión que ni siquiera ha comenzado. Cabe decir que aun desconocemos sus prioridades ejecutivas, sus principios fundamentales y sus criterios administrativos (su carta de navegación).
Quizá nadie sepa a ciencia cierta qué es lo que cabe hacer en materia económica y fiscal, dadas las graves circunstancias en que usted recibe la república. Pero al menos quisiéramos hablar un lenguaje claro en materia política. Quisiéramos que tomara los riesgos políticos que implica ponerse al frente de un país mal herido, que asumiera los peligros inherentes que conlleva gobernar una nación estremecida por las confusiones ideológicas. Quisiéramos señor Lobo, que retribuyera un poquito de todo lo que ha recibido y recibirá, haciendo un juramento leal con la democracia y la libertad. Dos millones de electores están dispuestos a perdonar a un gobernante que postergue del despegue económico, pero no creo que estemos dispuestos a soportar por enésima vez una nueva burla a la inteligencia. Es muy probable que usted atribuya su éxito electoral a sus propios dones de popularidad, pero no deje por fuera las circunstancias en que fue elegido. En primer lugar, Roberto Micheletti no está pintado en la pared y posee los méritos necesarios para ser tratado mejor que a un villano.
Por si lo ha olvidado, Micheletti fue la roca sobre la chocaron miles de amenazas, coacciones e intimidaciones de un mundo manejado por expertos manipuladores que promueven el “bien social” en nombre de idearios no sólo desfasados sino también, depravados. Por si lo ha olvidado, detrás de Micheletti está una clase política que incluye a los dos partidos que aglutinan la inmensa masa electoral. Pero detrás de estos partidos se encuentra el escrutinio de un pueblo que vigila, celoso, todas sus acciones y sus reacciones. Todos estamos pendientes de su quietud y de su movilidad. De sus silencios y de sus expresiones. De sus planes y de sus improvisaciones. Todos tenemos la corazonada de que usted se encuentra inhibido por temores infundados que gracias a Dios, son infundados.
Teme gobernar sin la aprobación del mundo porque no ha entendido que nosotros estamos librando una batalla frontal contra un mundo confundido, porque no ha comprendido que por primera vez hemos tomado decisiones soberanas y autónomas sin pedirles permiso a los amos del planeta. Teme comenzar su gobierno con las arcas vacías porque ha que no ha entendido que el reparto desmesurado de dinero y la repartición de favores monetarios a diestra y siniestra, han sido las dos estrategias obscenas que han practicado desde siempre los políticos que labraron nuestra ruina económica.
Todos los temores señor Lobo, tarde o temprano acarrean desgracia y producen pobreza. Deje los temores a un lado y asuma con valor las ocupaciones trascendentales que le hemos confiado en el momento más interesante de nuestra historia. Ya no insista en la popularidad ni en el populismo, todo lo contrario, apártese de los inútiles y permita que los hombres y las mujeres más inteligentes de este país tengan espacios para la acción y libertad para la corrección. Declare fallida, estéril y sospechosa toda reunión que dure más de una hora. No haga tantas consultas ni promueva tantos diálogos, únicamente déjese guiar por lo correcto y por lo lógico. Recuerde que el exceso de diálogo, debate y discusión es lo que nos ha dejado fuera de toda competencia económica y cultural. Porque mientras nosotros discutíamos ardientemente cuales eran las salidas más convenientes e idóneas para salir de la pobreza sin llegar jamás a ningún consenso, otras naciones simplemente se agacharon a trabajar y a producir sin descansar. Recuerde, que algunas veces el diálogo lo mismo que la anarquía, suelen ser los refugios donde se ocultan los incapaces.
Teme no ser “bienvenido” en los grandes cónclaves del mundo porque según usted un presidente debe decorar y pulir la figura presidencial hasta volverla grata y simpática a la mirada mundial. No se trata de eso señor Lobo porque los políticos no son estrellas de rock ni peras en dulce… han sido los mismos presidentes quienes se han encargado de abaratar y disminuir la auténtica función del gobernante. En realidad, un gobernante serio debe ser celoso con su tiempo y con sus movimientos. Con el paso de los años hemos aprendido que las agendas internacionales, los cónclaves mundiales, las reuniones regionales y las cumbres políticas son las verdaderas lacras de la humanidad. A estas alturas el mundo sueña con gobernantes que trabajen hombro a hombro con su pueblo, con políticos que se involucren en la solución de problemas reales, con líderes en vez de llorar suden y que en vez de insultar produzcan. Estamos ávidos de dirigentes sencillos, realistas y lúcidos. Hombres que dejen atrás la vanagloria y que simplemente se dediquen a trabajar sin descanso con los que tienen méritos, buenas actitudes y capacidades genuinas. Las naciones están sedientas de políticos que no hablen, que no discutan y que no disientan… pues todo esto anega el mundo de discusiones banales y frívolas controversias.
De gobernantes que no humillen al pobre recordándole que “es pobre” y que no juzguen al rico insultándolo porque “es rico”. Ya casi todos los gobernantes intentaron ser auténticos eligiendo el camino fácil que es, declararse defensores de los pobres y en todos los casos terminaron haciendo el ridículo o labrando su propia calamidad política. Qué buena falta tiene este mundo de dirigentes que honren la prosperidad y que vean en el progreso de pocos el ejemplo de muchos. De dirigentes que entiendan que el rico puede ser premiado, honrado o cuando menos respetado. De gobernantes que no promuevan “el orgullo de ser pobre” ni el machismo brutal de “quedarnos con aquello que no nos pertenece”.
Responda señor Lobo ¿qué opinión le merecen aquellos que consiguen prosperar en naciones donde la miseria es casi total? ¿Ese grupito de personas – odiadas sin tregua –que se han negado a cumplir el trágico destino de miseria que se impone para todos… es para usted digno de algún halago? Según los falsos profetas, irónicamente llamados revolucionarios, los hombres prosperan únicamente porque roban, extorsionan y delinquen. Esto quiere decir que la única enseñanza que los pobres merecen es la delincuencia, si esto es así señor Lobo, cerremos todas las universidades y todas las escuelas y fundemos una inmensa Academia del Delito. Si aplicamos ciegamente el dogma marxista de que la prosperidad proviene únicamente de la fechoría, entonces olvidémonos de la ciencia, de las artes, de las humanidades y de las técnicas de trabajo… y convirtamos al pueblo en una feroz masa de criminales.
Nada ganamos señor Lobo con mimar y proteger a los pobres. Si somos serios y si en verdad tenemos un interés viril por nivelar el bienestar común de la sociedad, debemos tener un punto de partida más certero y más franco: los gobernantes serios no miman ni protegen a los pobres y tampoco miman y protegen a los ricos. Los gobernantes serios no juzgan a los ciudadanos por lo que tienen o no tienen, los gobernantes serios no subestiman ni sobrestiman a sus compatriotas….
Los gobernantes serios, señor Lobo, solamente exploran, buscan y valoran las grandezas, las virtudes y los provechos que se esconden en cada ciudadano.. Desde esta perspectiva nadie es pobre, porque desde esta perspectiva el ciudadano no pregunta cuánto va a recibir, cuanto le van a dar o cuanto le van a subsidiar. Cuando gobernamos con seriedad no interpretamos el gobierno como un asilo temporal de miserables, sino, como una empresa que le asigna obligaciones, compromisos y responsabilidades a todos los conciudadanos sin importar la condición racial, monetaria o académica de cada cual. Desde esta perspectiva usted no está obligado a repetir las políticas nefastas que premian al inútil y benefician al indolente.
En vez de repartir dinero y favores con la ilusión de incrementar su popularidad, reparta obligaciones, tareas y compromisos para ganar reputación. Recuerde señor Lobo que un presidente no se vuelve más o menos popular porque presuma afinidad o simpatía con los desposeídos, es al revés, un presidente eleva su notoriedad gubernamental cuando consigue que todos los compatriotas se sientan valiosos, apreciados y útiles. Eso solamente se consigue dejando en el olvido los complejos de superioridad y las dañinas ilusiones del Estado Benefactor. Eso se consigue cambiando, no la mentalidad del pueblo, sino la mentalidad del político. Si en vez del prejuicio usted se deja guiar por la realidad, sin en vez de vernos como pobres usted nos ve como ricos, si en vez de creer que somos tontos usted nos hace sentir inteligentes, si en vez vernos como marginales usted nos convierte en agentes de cambio, si en vez de vernos como desgraciados usted nos trata como bendecidos y si en vez de lástima usted nos prodiga respeto… que no le quepa duda, usted dará los pasos más firmes hacia el anhelado progreso que tanto hemos anhelado.
Como lo puede notar, mi carta es rica en conceptos e ideas quizá predecibles, pero lo más importante es que está impulsada por la esperanza. A la vez mi esperanza se alimenta de las ilusiones, sueños y expectativas de miles de personas que no tienen la posibilidad de escribirle una misiva y hacerse oír por la vía escrita. Yo me aferro a la democracia señor Lobo porque no me imagino una vida en el exilio, huyendo de la Policía Política que se ha diseñado y perfeccionado en los países secuestrados por tiranos. Yo me enlisto en la defensa de la democracia señor Lobo, porque tengo dos hijos y no quiero que en el futuro las personas que más amo, vivan sometidas a los dictámenes de un criminal endiosado por tontos. Nadie puede garantizarle a los suyos un porvenir de abundancia y holgura material pues ninguna nación está exenta de calamidades naturales, guerras imprevistas y hambrunas que llegan de golpe. Pero sí podemos asegurar un futuro digno para nuestros hijos, sí podemos crear sociedades que estén dispuestas a dar la vida por la libertad. Sí podemos delinear un país donde los que sienten pobres no vendan su libertad por una cazuela de arroz en miga y donde los que se sienten ricos se vean obligados a dar un paso hacia adelante y convertirse en patriotas.
Sí podemos crear un país que prospere sin necesidad de atropellar a nadie y sí podemos crear un país donde la democracia no se convierta en una treta para engañar a los distraídos… si en el futuro mis hijos quedaran atrapados en las manoplas de un tirano, si a mediano o largo plazo fueran humillados por un cruel dictador, desde ya señor Lobo, me declaro culpable. Desde ya señor Lobo, lo declaro responsable. La tarea más urgente de su gobierno, el cual tiene la bendición de no haber iniciado, es poner la dignidad por encima de las conveniencias, la cultura por encima de la ignorancia y la libertad por encima del sufrimiento. Todas las tareas siguientes deben ser consecuencia de esto…
Finalmente señor Lobo, no tema. Usted no está sólo… aun no está solo. No eche de menos la presencia de malhechores en sus actos políticos. En vez de una solemne ceremonia de traspaso, organice una celebración para festejar la libertad y la democracia. En vez de una congregación de enemigos que validen hipócritamente su preeminencia, reúna a los dos millones de amigos que hicimos posible su asunción y su elección. Honre a don Roberto Micheletti y póngalo en primera fila. Honre, invite y agradezca sin temor la presencia de todos aquellos que trabajamos sin tregua para salvar el país de las nuevas tiranías continentales. Convoque sin excepción a todos aquellos que dieron su cuota de sacrificio para que la elección del 29 de noviembre no fuera lanzada al basurero de la historia. Realce nuestro aporte y comience su gobierno con un acto de gratitud patriótica…
¡Dos méritos gloriosos tiene para la historia, don Roberto Micheletti Bain, por un lado no se enamoró del poder y más bien se volvió un garante de la continuidad democrática. Por otro, nunca dio signos de flaqueza ante las amenazas y las advertencias de los alborotadores internacionales... en caso de haber cedido a cualquiera de estas tentaciones, su elección señor Lobo, no hubiera sido más que el bonito recuerdo de “algo que no pudo ser”…!
¡Jamás pierda de vista que usted ha sido elegido por dos millones de adultos serios y responsables, dos millones de vigilantes atentos que no nos perderemos un sólo episodio de sus actuaciones!
¡En el pasado varios gobernantes fueron sacados del poder por la puerta trasera, no precisamente por las conjuras de los gobernados, sino, por los alardes de tiranía y mediocridad que impunemente adoptan los gobernantes!
¡No menosprecie esta carta, porque la misma recoge el sentimiento honesto y sincero de una multitud que ha conjugado sus voces, sus clamores y sus sueños!
¡Para construir la Honduras que siempre hemos soñado no necesita señor Lobo, ni dinero, de aprobación internacional, ni fama mundial, ni consentimientos de ningún tirano… sólo nos necesita a nosotros, sólo ocupa nuestras energías, nuestros talentos, nuestros recursos, nuestras destrezas y nuestros brazos!
¡Manos a la obra!
29 de diciembre del 2009.
César Indiano
Señor Porfirio Lobo Sosa…