Escándalo por apoyo de alcalde guatemalteco a elecciones hondureñas
11 Septiembre, 2009
CIUDAD DE GUATEMALA.- Medios locales se hicieron eco hoy de un escándalo suscitado por un discurso en el Congreso Nacional del alcalde de Guatemala y ex presidente guatemalteco (1996-2000), Alvaro Arzú, en el que expresó apoyo las elecciones en Honduras, y criticó a la comunidad internacional.
Arzú cuestionó la postura de la comunidad internacional frente al resultado que arrojen las elecciones presidenciales en Honduras.
Activistas humanitarios, incluyendo a la Premio Nobel de la Paz 1992, la dirigente indígena Rigoberta Menchú, expresaron este día su inmediato rechazo, mientras el general golpista Efraín Ríos Montt (1982-83), quien tiene un escaño en el Parlamento, fue uno de los que más aplaudió después que el ex gobernante concluyera su intervención.
En su discurso -que pronunció el jueves como invitado durante una sesión plenaria del Parlamento con motivo del aniversario de la Independencia de Guatemala que se celebra el 15 de septiembre-, Arzú cuestionó la postura de la comunidad internacional frente al resultado que arrojen las elecciones presidenciales en Honduras, en noviembre, y la comparó con “la santa Inquisición”.
Arzú dijo que el objetivo de la comunidad internacional de consolidar democracias incipientes se ha convertido más en una carga que en un apoyo, resaltó “El Periódico”. Según el rotativo, ese es el caso de Honduras, ya que el gobierno que resulte de las elecciones convocadas después del golpe de Estado no es menos legítimo que otras gestiones democráticas instauradas por un gobierno de facto.
“En el mundo antiguo, el que legitimaba a los gobernantes locales era el Emperador Romano; durante la Edad Media era el Papa; hoy es la Comunidad Internacional; sin embargo, esta legitimidad se guía más por intereses que por ideales inquebrantables”, dijo Arzú en su discurso.
El diario “Prensa Libre” señaló que el alcalde hizo referencia a la postura del Gobierno de Guatemala de no reconocer al Gobierno que resulte electo en Honduras, tras el golpe de Estado de junio.
“Prensa Libre” dijo que Arzú “cuestionó por qué no se declaró ilegítimo al rey de España cuando no instaló un gobierno de facto, o a Juan José Arévalo (ex presidente guatemalteco 1945-52), Vinicio Cerezo (ex presidente guatemalteco 1986-90), o incluso a él, cuando recibió el poder de un presidente impuesto por el Congreso (Ramiro de León, 1993-96)”.
También generó escándalo en medios políticos, intelectuales y periodisticos otra parte del discurso de Arzú en la que instó a la instauración de un modelo cívico militar en la educación, una propuesta que, según él, provocaría “rsagar las vestiduras a muchos y echarse cenizas sobre la cabeza”.
“Prensa Libre” resaltó que en opinión del alcalde, ese modo permitiria al Estado inculcar valores cívicos, de convivencia, respeto y disciplina, y, “por ende, restablecer la autoridad de las instituciones”.
Activistas humanitarios, encabezados por la Premio Nobel de la Paz 1992, la dirigente indígena Rigoberta Menchú, expresaron rechazo a los planteamientos de Arzú, con expresiones como “fue terrible”, “me extraña”, “son nocivas” o “mentalidad atrasada”.
En cambio, y tras concluir su discurso, Arzú recibió el aplauso, de pié, de Ríos Montt, junto a otros diputados del partido del cual es máximo líder, el Frente Repulicano Guatemalteco (FRG).DPA
11 Septiembre, 2009
CIUDAD DE GUATEMALA.- Medios locales se hicieron eco hoy de un escándalo suscitado por un discurso en el Congreso Nacional del alcalde de Guatemala y ex presidente guatemalteco (1996-2000), Alvaro Arzú, en el que expresó apoyo las elecciones en Honduras, y criticó a la comunidad internacional.
Arzú cuestionó la postura de la comunidad internacional frente al resultado que arrojen las elecciones presidenciales en Honduras.
Activistas humanitarios, incluyendo a la Premio Nobel de la Paz 1992, la dirigente indígena Rigoberta Menchú, expresaron este día su inmediato rechazo, mientras el general golpista Efraín Ríos Montt (1982-83), quien tiene un escaño en el Parlamento, fue uno de los que más aplaudió después que el ex gobernante concluyera su intervención.
En su discurso -que pronunció el jueves como invitado durante una sesión plenaria del Parlamento con motivo del aniversario de la Independencia de Guatemala que se celebra el 15 de septiembre-, Arzú cuestionó la postura de la comunidad internacional frente al resultado que arrojen las elecciones presidenciales en Honduras, en noviembre, y la comparó con “la santa Inquisición”.
Arzú dijo que el objetivo de la comunidad internacional de consolidar democracias incipientes se ha convertido más en una carga que en un apoyo, resaltó “El Periódico”. Según el rotativo, ese es el caso de Honduras, ya que el gobierno que resulte de las elecciones convocadas después del golpe de Estado no es menos legítimo que otras gestiones democráticas instauradas por un gobierno de facto.
“En el mundo antiguo, el que legitimaba a los gobernantes locales era el Emperador Romano; durante la Edad Media era el Papa; hoy es la Comunidad Internacional; sin embargo, esta legitimidad se guía más por intereses que por ideales inquebrantables”, dijo Arzú en su discurso.
El diario “Prensa Libre” señaló que el alcalde hizo referencia a la postura del Gobierno de Guatemala de no reconocer al Gobierno que resulte electo en Honduras, tras el golpe de Estado de junio.
“Prensa Libre” dijo que Arzú “cuestionó por qué no se declaró ilegítimo al rey de España cuando no instaló un gobierno de facto, o a Juan José Arévalo (ex presidente guatemalteco 1945-52), Vinicio Cerezo (ex presidente guatemalteco 1986-90), o incluso a él, cuando recibió el poder de un presidente impuesto por el Congreso (Ramiro de León, 1993-96)”.
También generó escándalo en medios políticos, intelectuales y periodisticos otra parte del discurso de Arzú en la que instó a la instauración de un modelo cívico militar en la educación, una propuesta que, según él, provocaría “rsagar las vestiduras a muchos y echarse cenizas sobre la cabeza”.
“Prensa Libre” resaltó que en opinión del alcalde, ese modo permitiria al Estado inculcar valores cívicos, de convivencia, respeto y disciplina, y, “por ende, restablecer la autoridad de las instituciones”.
Activistas humanitarios, encabezados por la Premio Nobel de la Paz 1992, la dirigente indígena Rigoberta Menchú, expresaron rechazo a los planteamientos de Arzú, con expresiones como “fue terrible”, “me extraña”, “son nocivas” o “mentalidad atrasada”.
En cambio, y tras concluir su discurso, Arzú recibió el aplauso, de pié, de Ríos Montt, junto a otros diputados del partido del cual es máximo líder, el Frente Repulicano Guatemalteco (FRG).DPA
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