martes, 8 de septiembre de 2009

pueblos amigos, gobiernos enemigos

Pueblos amigos, gobiernos enemigos
Honduras, 08.09.09 - Gaspar Vallecillo: diarioSPAMFILTER@elheraldo.hn


Los pueblos son solidarios con la gente de otros pueblos porque los unen las mismas luchas por sacudirse a quienes, hablando por ellos, les han fallado desde siempre.
La pobreza de escasez de recursos enferma, la de los políticos sin escrúpulos, mata.
El pueblo es ese nadie gigante que pulula en cada esquina de la necesidad y en cada cuartería de la inequidad.
Se destituyó al gobernante de Honduras por demostrada incapacidad, deshonestidad y proverbial ignorancia de los asuntos de Estado. Violó festinadamente la Constitución e irrespetó al poder Legislativo y Judicial. Por vulgarizar la institucionalidad del cargo y ser sin escrúpulos el gobierno más corrupto de nuestra historia. Por pretender perpetuarse polarizando a la población e incitando a la insurrección popular con vandalismo irracional. Delitos imprescriptibles.
Ahora que exigimos respetarnos, los gobiernos de otros pueblos sojuzgados nos irrespetan condenándonos.
Chávez interviene amenazando nuestra soberanía. Nunca imaginó que un pueblo pequeño y pobre tenía sobrados cojones para rechazar su totalitarismo.
Castro en Cuba y el dictador venezolano reprimen a sus pueblos y tienen el descaro de gritarle "golpistas" a los que luchan por la democracia de su patria.
Evo se desasna. Lugo, obispo prostibulario, ofende. Correa es carreta y el uruguayo la empuja. Chile y Brasil condenan el "golpe" y no al que golpeó a un pueblo noble con impostura cívica e inmoralidad publica, que el peruano abraza disimulado.
Cristina quiere ser cortina para tapar la vitrina que exhibe la inequidad del pueblo argentino. Abusiva da pautas de lo que no hace para los suyos. Réplica del tango Cambalache.
Los centroamericanos somos vecinos terrenales, amigos ocasionales y hermanos circunstanciales.
Arias, el golpista de Costa Rica, insiste que violentemos nuestras leyes y retira a nuestro embajador, siendo mediador. Hipócrita. Ortega no se conforma con defecarse en Nicaragua. Funes, el salvadoreño, hace cálculos y en Guatemala un Colón sin brújula zarpa a lo bruto.
No existe esa hermandad centroamericana, trillada por gobernantes transitorios de estos países permanentes.
Fernández, el dominicano, quiere maquillar su corrupción con nuestra maquila.
Calderón y la canciller de México cantinflean sandeces y se hacen tarugos ante su pueblo.
Los gringos están por perder un aliado. Honduras no les significa nada, Venezuela sí. Business is business. La putativa madre patria nos denigra y el zapatero no ve el hoyazo en su suela.
Otros gobiernos lejanos no entienden por qué sus democracias superaron las bajezas de nuestros gobernantes.
En la OEA (Oquedad En América) un insulso "pendejo de la p a la o" (Chávez) recibió el norte del sur, negoció nuestra expulsión haciendo caso omiso al ominoso actuar de un individuo que antes y aún ahora, pagado por Venezuela, traiciona a su patria.
Estamos amenazados y acorralados, pero preferimos limitarnos ahora y no lamentarnos después por haber perdido nuestra paz y libertad.
Los hondureños a favor del prófugo de la justicia son los que lo hicieron capataz y le dijeron que Honduras era su finca.
No queremos dictadores, más corrupción y peor inequidad que la ya vivida.
El único error cometido fue soportar tanto tiempo tanto delito conjuntado.
La amistad entre pueblos es constancia, concordia, comprensión, es respeto, admiración y aceptación de ser diferentes pero iguales en nuestros derechos y deberes.
Defendemos el imperio de la ley y el derecho de vivir en libertad y paz. Luchamos para hacer hermoso para nuestros hijos todo aquello que deseamos para nosotros. "No tenemos dólares ni petróleo pero sí huevos". Por eso nos condenan los gobiernos enemigos, que tienen reprimidos a los pueblos amigos.

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