"Mel" Zelaya y la seguridad nacional
Honduras, 29.07.09 -
Honduras, 29.07.09 -
Roberto Aguilar: diarioehSPAMFILTER@elheraldo.hn
El ex presidente Zelaya y sus cercanos colaboradores no pueden ni deben volver al poder por una razón muy sencilla: él era un presidente que no trabajaba para nosotros sino que para los intereses de potencias extranjeras.
Las pruebas de esto saltan a la vista. Sus reuniones son con el grupo chavista, se desplaza en aviones privados que pertenecen al gobierno de Chávez, su discurso es eminentemente izquierdista, sus mayores defensores son los comunistas de Latinoamérica. Los asesores de las políticas presidenciales que frecuentemente venían a Honduras eran venezolanos, cubanos y nicaragüenses.
Ese no es el presidente por el cual votamos los hondureños. Nosotros elegimos a un presidente propuesto por un partido conservador y con un discurso y propuestas conservadoras. Al menos eso fue lo que él exteriorizó en su campaña presidencial
El "Mel" Zelaya de hoy no es la persona conservadora políticamente de hace 4 años. El de hoy es un izquierdista furibundo que arremete verbalmente contra todo lo que huele a capitalismo y a libre empresa, es un demagogo irresponsable que pretende defender a los pobres echándolos a pelear contra los ricos. Es un presidente que en vez de unir al pueblo para buscar beneficios comunes, lo trata de dividir para buscar su beneficio personal.
Sus decretos populistas pretenden engañar al pueblo humilde haciéndoles creer que él eliminará la pobreza con decretos. Eso no es cierto. La pobreza no se elimina con decretos presidenciales ni con consultas o plebiscitos.
La pobreza se elimina propiciando masivamente las nuevas fuentes de trabajo y este señor, todo lo contrario, ha puesto en riesgo (con su verborrea antiestadounidense) la estabilidad de trabajo que tiene un millón de hondureños en el país del norte. ¿Se imaginan el desastre social que ocurriría en Honduras si Estados Unidos devolviera a Honduras a todos esos indocumentados?
Por un lado, habla de defender a los pobres y por otro lado ataca verbalmente al país que le da trabajo a un millón de nuestros pobres.
Que lástima que en Honduras todavía haya muchos ingenuos de corazón que crean que el Sr. Zelaya quería ayudarle a los pobres, pero el mundo es así. La cadena alimenticia exige que para que exista un lobo tienen que haber un montón de ovejas.
Es más que obvio que el Sr. Zelaya trabaja para Chávez y no para el pueblo hondureño. Solo un niño inocente no podría observar esta sucia relación tan notoria
Creo que mientras se siga discutiendo en plano internacional acerca de la legalidad o no del golpe de Estado se sigue perdiendo de vista lo más importante de este problema. Y es que el Sr. Zelaya se le depuso no tanto por corrupto ni por buscar la reelección, sino que por haberse convertido en un espía a sueldo de los intereses de otros países y eso simplemente es inaceptable, innegociable, innombrable e indefendible
La conspiración contra la propia patria y el espionaje a favor de intereses extranjeros son delitos graves y universalmente comprendidos. Nuestro grave problema de comunicación con los observadores extranjeros radica en que nos hemos enfocado en lo que nosotros pensamos que es correcto. Deberíamos mas bien tratar de meternos en la forma de pensar de los observadores internacionales. La reelección presidencial que para nosotros es un gravísimo e innombrable delito en muchos otros países (incluyendo Estados Unidos y Costa Rica) no lo es. Incluso en los EUA la reelección del presidente es muy bien vista y es casi una tradición política.
Lo que en el exterior si se percibe como muy grave es echar por la fuerza a un presidente electo democráticamente. Por esa razón los extranjeros están, temporalmente, del lado de Zelaya. Ellos miran un espejismo, miran a un pobre presidente víctima de un injustificado golpe armado. Y todo a causa de su propio capricho de pretender la reelección y de convocar a un inocente plebiscito.
Lo que no miran los extranjeros es el inmenso fraude electoral a través del cual Zelaya pretendía anular y usurpar a los otros dos poderes del Estado para poder así cambiar la Constitución hondureña al antojo de su jefe Chávez.
Es solo el cinismo y absoluta falta de moralidad lo que permite al grupo de "Mel" Zelaya sentarse en una mesa de negociaciones y pretender regresar a Honduras aunque están muy conscientes de que han conspirado durante cuatro años para entregar a todos sus hermanos hondureños a las garras de una dictadura comunista.
Los delincuentes comunes por lo menos tienen el sentido de la vergüenza, estos no la tienen.
El derrocamiento de Zelaya no es un golpe de Estado es un desesperado acto de defensa propia para poder seguir viviendo en libertad y no ser parte de las dictaduras comunistas que se disfrazan de democracias
Una y mil gracias a las personas que tuvieron la valentía para sacar del poder a estos sinvergüenzas. La historia les hará justicia.
El ex presidente Zelaya y sus cercanos colaboradores no pueden ni deben volver al poder por una razón muy sencilla: él era un presidente que no trabajaba para nosotros sino que para los intereses de potencias extranjeras.
Las pruebas de esto saltan a la vista. Sus reuniones son con el grupo chavista, se desplaza en aviones privados que pertenecen al gobierno de Chávez, su discurso es eminentemente izquierdista, sus mayores defensores son los comunistas de Latinoamérica. Los asesores de las políticas presidenciales que frecuentemente venían a Honduras eran venezolanos, cubanos y nicaragüenses.
Ese no es el presidente por el cual votamos los hondureños. Nosotros elegimos a un presidente propuesto por un partido conservador y con un discurso y propuestas conservadoras. Al menos eso fue lo que él exteriorizó en su campaña presidencial
El "Mel" Zelaya de hoy no es la persona conservadora políticamente de hace 4 años. El de hoy es un izquierdista furibundo que arremete verbalmente contra todo lo que huele a capitalismo y a libre empresa, es un demagogo irresponsable que pretende defender a los pobres echándolos a pelear contra los ricos. Es un presidente que en vez de unir al pueblo para buscar beneficios comunes, lo trata de dividir para buscar su beneficio personal.
Sus decretos populistas pretenden engañar al pueblo humilde haciéndoles creer que él eliminará la pobreza con decretos. Eso no es cierto. La pobreza no se elimina con decretos presidenciales ni con consultas o plebiscitos.
La pobreza se elimina propiciando masivamente las nuevas fuentes de trabajo y este señor, todo lo contrario, ha puesto en riesgo (con su verborrea antiestadounidense) la estabilidad de trabajo que tiene un millón de hondureños en el país del norte. ¿Se imaginan el desastre social que ocurriría en Honduras si Estados Unidos devolviera a Honduras a todos esos indocumentados?
Por un lado, habla de defender a los pobres y por otro lado ataca verbalmente al país que le da trabajo a un millón de nuestros pobres.
Que lástima que en Honduras todavía haya muchos ingenuos de corazón que crean que el Sr. Zelaya quería ayudarle a los pobres, pero el mundo es así. La cadena alimenticia exige que para que exista un lobo tienen que haber un montón de ovejas.
Es más que obvio que el Sr. Zelaya trabaja para Chávez y no para el pueblo hondureño. Solo un niño inocente no podría observar esta sucia relación tan notoria
Creo que mientras se siga discutiendo en plano internacional acerca de la legalidad o no del golpe de Estado se sigue perdiendo de vista lo más importante de este problema. Y es que el Sr. Zelaya se le depuso no tanto por corrupto ni por buscar la reelección, sino que por haberse convertido en un espía a sueldo de los intereses de otros países y eso simplemente es inaceptable, innegociable, innombrable e indefendible
La conspiración contra la propia patria y el espionaje a favor de intereses extranjeros son delitos graves y universalmente comprendidos. Nuestro grave problema de comunicación con los observadores extranjeros radica en que nos hemos enfocado en lo que nosotros pensamos que es correcto. Deberíamos mas bien tratar de meternos en la forma de pensar de los observadores internacionales. La reelección presidencial que para nosotros es un gravísimo e innombrable delito en muchos otros países (incluyendo Estados Unidos y Costa Rica) no lo es. Incluso en los EUA la reelección del presidente es muy bien vista y es casi una tradición política.
Lo que en el exterior si se percibe como muy grave es echar por la fuerza a un presidente electo democráticamente. Por esa razón los extranjeros están, temporalmente, del lado de Zelaya. Ellos miran un espejismo, miran a un pobre presidente víctima de un injustificado golpe armado. Y todo a causa de su propio capricho de pretender la reelección y de convocar a un inocente plebiscito.
Lo que no miran los extranjeros es el inmenso fraude electoral a través del cual Zelaya pretendía anular y usurpar a los otros dos poderes del Estado para poder así cambiar la Constitución hondureña al antojo de su jefe Chávez.
Es solo el cinismo y absoluta falta de moralidad lo que permite al grupo de "Mel" Zelaya sentarse en una mesa de negociaciones y pretender regresar a Honduras aunque están muy conscientes de que han conspirado durante cuatro años para entregar a todos sus hermanos hondureños a las garras de una dictadura comunista.
Los delincuentes comunes por lo menos tienen el sentido de la vergüenza, estos no la tienen.
El derrocamiento de Zelaya no es un golpe de Estado es un desesperado acto de defensa propia para poder seguir viviendo en libertad y no ser parte de las dictaduras comunistas que se disfrazan de democracias
Una y mil gracias a las personas que tuvieron la valentía para sacar del poder a estos sinvergüenzas. La historia les hará justicia.
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